Apurando las últimas horas de trabajo cierro el estudio de fotografía, salgo a la calle y huele a Navidad. Es un placer percibir cómo en estos días de distancias, mascarillas y desencuentros, todavía perduran las buenas tradiciones de la cocina de cada casa, donde a buen seguro se seguirán preparando esos platos contundentes de navidad que precederán a los turrones y a los «pastissets» de boniato, aunque los comensales se hayan reducido.
A mi las calles me huelen a Navidad. Me huelen durante estos días a esa tradición de sentar en una mesa a toda la familia y atiborrarse de esos guisos anuales entre risas de hermanos, padres, tíos, abuelos, cuñados, hijos y sobrinos. Comer, beber, reir, recordar y estrenar con ese dinero que tanto esperan los más pequeños, como yo cuando era algo más joven. Grandes familias mermadas por una pandemia que no evitará que la Navidad siga, por lo menos este año, en nuestro corazón.
Porque todos vamos a continuar con las tradiciones de siempre. Igual que muchos de vosotros habéis confiado, un año más, en el Estudio de Fotografía José Iglesias. Si, vosotros habéis hecho posible continuar con la tradición de las felicitaciones con la foto de vuestros hijos y mandarlas a los que se han quedado más lejos esta Navidad por el dichoso Covid, para mantenernos así algo más unidos en la distancia.
Por eso disfrutad. Celebrad la vida cada momento y no permitáis que un complicado bicho que nos obliga a guardar las distancias, a no abrazarnos y no besarnos, acabe también con el aroma a Navidad de las calles de nuestra ciudad. Pon el fuego a tope y prepara ese guiso de Navidad y esos «pastissets» en el horno, y lo que sobre a la nevera. Seguro que aprovecha para cubrir un hueco en los próximos días festivos.
Y si podéis, sacad la foto para guardarla en el recuerdo de un año de lo más extraño.
Salud y feliz Navidad a todos.
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